Aunque el primer libro de actas que se conserva de la Sección de Cama es del 5 de abril de 1846, es difícil datar el origen de su fundación ya que se cree que debió ser a finales del siglo XVII o principios del XVIII.
Siempre ha sido una distinción especial el conducir la Cama del Señor, favor otorgado a los nobles de Zaragoza y posteriormente a ciudadanos importantes, en los que se perpetuó de manera vitalicia.
Las instancias más antiguas de solicitud de ingreso que aparecen se remontan al año 1824. Son las de D. Manuel Garcés, D. Pedro Ignacio Urries, Marqués de Urrea, Conde de Bureta y D. Gregorio Ligero entre otras. En todas ellas se puso como requisito previo ser Hermano espiritual de la Hermandad de la Sangre de Cristo.
Ante el Arzobispo de Zaragoza D. Fray Manuel García Gil, y el Notario de Número y Caja del Colegio perteneciente al Territorio de la Audiencia de la Inmortal ciudad de Zaragoza D. Mariano Broto, se hizo escritura de Concordia fechada a 26 de noviembre de 1862, para mantener la mayor armonía entre la Hermandad y la Sección de Cama, y así, de común acuerdo, enumerar las reglas que habían de regular las relaciones entre ambas.
Dicho Testimonio de Concordia de 26 de noviembre de 1826 comienza así:
DON FR. JOSÉ VALIÑO, Presbítero, Doctor en Sagrada Teología, Secretario de Cámara, Visitas, Licencias, Órdenes y Concursos del Excmo. e Ilmo. Sr. D. Fray Manuel García Gil, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Zaragoza, Prelado Asistente al Santo Sólio Pontificio, Caballero Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III y de la Americana de Isabel la Católica, Senador del Reino, etc.
Certifico: que en esta Secretaria de mi cargo se halla un expediente formalizado a instancia del Mayordomo primero de la antiquísima y Real Hermandad de la preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, y del Decano de la Sección de la Cama del Señor, de la propia Hermandad, sobre aprobación de una Escritura de Concordia otorgada entre ambos, la cual, con el decreto de su aprobación, son del tenor siguiente:-Sello 5º- Año 1862.- 32 rs- Numero doscientos cuarenta y cuatro.- En La CIUDAD DE Zaragoza, a veintiséis de Noviembre de mil ochocientos sesenta y dos. Ante mi el infrascrito Secretario honorario de S.M., Notario del numero y Caja y del Colegio del Territorio de la Audiencia de dicha ciudad, vecino de la misma, y los testigos que se nombraran, han comparecido, de una parte D. Mariano Herrera, D. Mariano Gabara, D. Baltasar Balaguer, D. Francisco Tomas, don Eusebio Moreno, D. Vicente Cormano, don Mariano Valdecara, D. Maximiano Villa, D. Manuel García, D. Juan Aznar, D. Manuel Corral, don Mariano Frago, D. Manuel Bonamí, D. Andrés Arqué, D. Martín Debesa y D. Isidoro Polo, Mayordomo Primero y mayor parte de receptores componentes la Junta de Gobierno de la Real Hermandad denominada “La preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia”, establecida en esta capital; y de otra don Pedro Marín y Goser, D. Manuel Fernández Treviño, D. Antonio Martínez Grande, el señor don Manuel María López y Suelves, Conde de Bareta, D. Gil Yarza y Miñana, D. Manuel Allustante y Almerge, D. Custodio Izquierdo, D. Nicolás Izquierdo, D. Prudencio Romero y Torón, D. Valero Teruel y Figueras, D. Marcelino Anzano y don Miguel Mainar y Malo, hermanos espirituales de la misma Hermandad y Decano y mayor parte de individuos de la Sección titulada De la Cama del Señor, todos vecinos de esta expresada ciudad, de cuyo conocimiento, circunstancias y vecindad doy fe, y las sobredichas partes con sus respectivas calidades dicen: Considerando que de tiempo muy antiguo existe en esta ciudad una piadosa Hermandad titulada de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, la cual tiene por objeto, entre otros muy relevantes, el de celebrar a sus expensas la devota procesión del Santo entierro de Cristo en la tarde del Viernes Santo: Considerando que para el buen gobierno de esta numerosa Hermandad, hay establecida una Junta compuesta de cincuenta individuos (en el día de treinta), conocidos con el titulo de Hermanos receptores: Considerando que una de las atribuciones de dicha Junta es la de nombrar o designar las personas que en la referida procesión conducen los pasos o imágenes que representan la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo: Considerando que de mucho tiempo a esta parte ha dispensado siempre una gran distinción a los hermanos que conducen la Cama o Sepulcro de Nuestro Señor, ya designando mayor número para éste que para otros pasos de la procesión, ya perpetuándoles el nombramiento durante su vida, ya concediéndoles muchas veces algunos supernumerarios para suplir las ausencias y enfermedades de los propietarios, ya dándoles asiento en algunas funciones de Iglesia a continuación de los hermanos receptores, con otras muestras de aprecio y singular atención: Considerando que la buena armonía que siempre ha reinado entre la Hermandad general y los individuos de la misma que forman la Sección de Cama, ha sido causa de que jamás se hayan fijado de una manera expresa y terminante las distinciones que debían gozar los referidos hermanos de Cama, pues la generosidad y fina correspondencia de la una y de la otra parte han sido hasta aquí la principal regla de sus deferencias y respectivo comportamiento: Considerando que el mejor medio de conservar esta buena armonía es el establecer de común acuerdo las reglas que han de regir en las diferentes relaciones y obsequios que mutuamente deben guardarse.